lunes, 1 de abril de 2013

EL HOMBRE COMO SUJETO DE LA EDUCACIÓN.

EL HOMBRE COMO SUJETO DE LA EDUCACIÓN.


Al parecer todas las  personas del mundo tienen una capacidad celebrar que hay que
fortalecer diariamente lo cual se logra atravez de las enseñanzas de los padres, escuelas , instituciones y universidades pero las personas que entran a las escuelas a aprender, son objetos educativos:

 En primera instancia se les obliga a entrar en la escuela con el empuje de sus padres o del gobierno, esta persona no sabe el por qué tiene que ir para algunos se considera como  un  suplicio y lo único que puede haces es que tiene que seguir asistiendo a esta institución.

No sabemos en que momento es un "objeto educativo" ejerce su libertad y es por su voluntad convertirse en "sujeto educativo", aunque claro está que no todos los "estudiantes" logran este gran paso.




A medida que esta persona va avanzando en grados escolares, aparentemente puede escoger el tipo de profesión en la cual desea especializarse, este momento puede llegar cuando tiene que entrar a la preparatoria o a un bachillerato técnico, que dicho sea de paso, es obligado a continuar por fuerza de la inercia, pocos son los estudiantes que se preguntan "¿Por qué seguir?", pero encuentran la respuesta "Hay que seguir", pero ésta persona sigue siendo un objeto, inmerso en el sistema, como algo ajeno a su voluntad.

La acción educativa es por lo tanto una acción de ayuda es el proceso de mejora personal del otro. La persona (sujeto de la educación) es quien se desarrolla, por lo que existe una relación íntima entre educación y persona. Estrictamente sólo se puede educar a las personas; a los animales se les adiestra a base de estímulos; a las personas en cambio, se les educa, ayudándolas a utilizar su capacidad de razonamiento y a ejercitar su voluntad con responsabilidad.




Por otro lado la dignidad de la persona es fundamental y está enraizada en su calidad de ser, con una naturaleza superior al resto de los seres vivos.

Corresponde a los seres humanos llegar libremente a ser mejores, edificarse a sí mismos y crecer desde el interior con ayudas externas. Hacer de toda su vida un proyecto de desarrollo y acceder a la superación a través de la práctica de las virtudes, es decir de buenos hábitos.

El hombre comparte la naturaleza de los seres materiales, como las rocas; pero el hombre no es sólo material, es algo más. Comparte también el ser de los vegetales y como ellos nace, crece, se reproduce y muere. Pero evidentemente no es sólo un ser vegetal, es algo más. Comparte también el ser de los animales: no sólo nace, crece, se reproduce y muere, sino que se desplaza y como los animales, posee instintos y emociones. Pero el hombre es algo más: vive inmerso en el universo y está relacionada su existencia con los seres del macro y microcosmos, además del extraordinario universo simbólico creado por otros humanos para ser, compartir y trascender.




Percibimos sin embargo, que el hombre es el ser dotado de mayor dignidad en la naturaleza, por ser racional, por tener inteligencia y voluntad libre. Existen estudios sorprendentes sobre la abeja o el delfín, pero sólo del hombre podemos escribir una biografía individual  porque cada persona es única e irrepetible.

Por esta diferencia esencial con los demás seres que le rodean, podemos afirmar que el hombre es el rey del universo, destinado a ordenarlo todo con su inteligencia y con el trabajo de sus manos, a través de la técnica y de la ciencia.

Su misión es ordenar, no manipular, de aquí la responsabilidad de una educación ecológica que le ayude a vivir en armonía con la naturaleza para aprovecharla, pero no para explotarla irracionalmente. Los animales hacen cosas maravillosas, pero las hacen por instinto y siempre igual. De esta aproximación podemos concluir que el hombre es persona. La persona es ese yo al que atribuimos todo lo que hacemos y pensamos.



A pesar de la variedad de elementos que lo componen (físicos, psicológicos, intelectuales), el hombre posee unidad de mando: es decir, un solo principio de operación. Es la persona quien responde por las acciones realizadas es de aquí donde viene el término personalidad, de manera que tiene personalidad quien ha sabido ordenar todas sus tendencias en la unidad de mando por la razón, no quien se deja dominar por los caprichos momentáneos.

La racionalidad, propia y exclusiva del hombre, es lo que lo caracteriza dándole ese rango superior en relación con los demás seres vivos. Situado en el tiempo y en el espacio, el hombre se ve obligado a atender a las exigencias de su propia naturaleza, se manifiestan en forma de necesidades. Mientras más básicas sean estas necesidades, se expresarán con más intensidad.

Considerar a los alumnos como las personas más importantes del Proceso de Enseñanza y Aprendizaje constituye la base del "puerocentrismo", es decir de los enfoques que consideran al estudiante como más importante que los profesores, que los directivos, que las instalaciones, que el sindicato, que los planes y programas de estudio, etc...

Sólo desarrollando una educación de este tipo lograremos trascender en nuestra labor educativa esto es el fundamento del compromiso con el saber ha de buscarse en el sí mismo, es allí donde uno es consciente y responsable de su conocimiento y de su ignorancia en  donde los jueces universales del saber o la razón se constituyen en nuestros verdaderos examinadores.




 Por eso nos parece válido preguntar cómo es posible conciliar el carácter público de la escuela con la instancia examinadora, de carácter privado e individualista y no es menor la relevancia de este punto en el análisis de la crisis educativa. 

El alumno llega a sentir que es su promedio  en donde las calificaciones van configurando un derrota del cual es difícil sustraerse, sobre todo bajo esa visión cuantificadora reforzada por una sociedad que premia a los sobresalientes. 

En verdad esto es lo que buscamos o es para un alto porcentaje de los alumnos, lo único que importa es el examen. ¿Quién piensa en el conocimiento? Acaso la escuela sea un reflejo fiel de la sociedad y en ese sentido contrariamente a lo que se cree, su cometido de preparar a los individuos para desenvolverse eficazmente al finalizar sus estudios esté operando correctamente. 

Es decir que  se prepara a los alumnos para competir encarnizadamente, para rendir lo máximo posible y atender a su propio interés. Se les enseña a reprimir lo máximo posible su subjetividad y se los introduce en las calificaciones , porcentajes , y promedios.

con todo este proceso nos podemos dar una idea de que al  responder los exámenes con preguntas  puesto que es allí donde reside el espíritu crítico que nos conducirá a una verdadera reflexión filosófica. "Para un espíritu científico, todo conocimiento es una respuesta a una pregunta. Si no hubo pregunta, no puede haber conocimiento científico" Por supuesto, se trata de que las preguntas las formulen los alumnos mas no los mismos profesores.







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